RESEÑAS SOBRE ESTUDIOS

José María de AGUIRRE Y ESCALANTE: De Castella vetula. Hojas de un libro de viajes. Estudio preliminar de Ana Rodríguez de La Robla. Universidad de Cantabria, Santander, 2006.
Se ha publicado recientemente un libro de viajes de José Mª de Aguirre y Escalante, De Castella Vetula. Hojas de un libro de viajes. El libro, cuya primera edición es de 1915, aunque el viaje que relata se hizo en el año 1910, aparece pulcramente editado y precedido de un penetrante y erudito prólogo del que es autora Ana Rodríguez de La Robla.
Sin duda, esta re-edición será bienvenida por los amantes del género de relatos de viajeros porque, precisamente, José Mª de Aguirre y Escalante es un viajero muy consciente de que esta forma literaria es un vehículo muy eficaz para llevar al ánimo del lector observaciones que, de otra forma, tendrían difícil cabida en un solo género. Hallará el lector en este libro política, historia, arte, periodismo, estampas costumbristas, literatura, sociología, paisajes, ensayo. En fin, es un género literario, el del relato de viajeros, que sirve a muchos amos y que cumple muy diferentes cometidos. No es el autor persona que ignore lo valioso que puede ser este tipo de ejercicio literario, en su propia familia contaba con el ilustre precedente de su tío, Amós de Escalante, autor del bellísimo Costas y montañas y de otros dos libros de viajes, no menos interesantes, fuera de Cantabria. Pero, con independencia de los antepasados, más o menos ilustres, que se le pudieran señalar, el libro de José Mª de Aguirre tiene un valor por sí mismo. Un valor que quizá no sea sólo el del objeto de su descripción, que es, en este caso, ocasión para hacer un ejercicio histórico en el que tal vez resuenen todavía ecos de una ideología próxima al carlismo. Ecos visibles, sobre todo, en la forma de evocar las viejas instituciones y las viejas libertades castellanas. Visibles, asimismo, en la forma de oponerse a los aires renovadores de institucionalistas o de regeneracionistas. Véase un ejemplo: «Las corrientes intelectuales modernas menosprecian aquel heroísmo y nos hablan de una regeneración (¡cómo apesta ya esta palabra!) española, debida a la Revolución Francesa». (147-8). Pero no es esto, este contrapunto, lo interesante del libro de José Mª de Aguirre y Escalante. Piénsese en que en estos tiempos ya se había publicado no poco de lo que constituye el centro de gravedad de la ideología de la Generación del 98. Castilla había sido cantada, glorificada o censurada por un enjambre de regeneracionistas, literatos y politólogos.
José Mª de Aguirre y Escalante elige Castilla para sus reflexiones históricas y elige Castilla para desarrollar un conjunto de ideas que giran en torno al sentido presente de la grandeza que se identifica con el pasado. Hay varios rasgos de esta obra que atraerán la atención del lector del siglo XXI de este libro. Enumeraré algunas. A José Mª de Aguirre le atrae la ruina, dedica a ella no pocas observaciones e interesantes comentarios. A diferencia de los «regeneracionistas», no se escandaliza ni se desazona ante la ruina. Es más, la ruina le parece que cuanto más antigua y más venerable y más resistente, por ejemplo, las murallas de León, mejor explica el carácter de los habitantes del pasado y del presente. La ruina es para José Mª de Aguirre símbolo de la resistencia al tiempo, emblema de su capacidad de regeneración. A José Mª de Aguirre le atrae también el carácter anónimo y de empresa colectiva del arte castellano leonés. Las catedrales, las de Ávila, Burgos, León, Salamanca, por ejemplo, son obras colectivas, obras que han necesitado del concurso de millares de manos, de muchos talentos, de incalculables recursos de todo orden. José Mª de Aguirre valora, por encima de todo, la épica del héroe anónimo, del pueblo. José Mª de Aguirre sobresale en la sensibilidad poética con la que viene a su memoria el romance adecuado o el poema adecuado (Byron, por ejemplo), para complementar lo que son interesantes, bellas y delicadas descripciones paisajísticas. Pero el paisaje, cómo no, es el paisaje moral del carácter de los habitantes de las ciudades por las que pasa, es también el carácter de su historia. Si bien el libro de José Mª Aguirre se escribe a contrapié de muchas reflexiones sobre Castilla contemporáneas, sin duda es esa preocupación por Castilla la que lo define como un autor de su tiempo.

por DÁMASO LÓPEZ GARCÍA
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José María PÉREZ GONZÁLEZ, “Peridis”: El cabo caricaturas. Serie Memorias con Arte (vol. 4). Valnera, Santander, 2006.
Escribir una autobiografía es una empresa muy seria. El escritor debe enfrentarse a sus recuerdos y elegir sólo aquellos que considera más significativos a la hora de explicar su andadura vital. Y, si toda elección supone un ejercicio de discriminación que a muchos abruma, en este género literario, las ausencias, los olvidos o los silencios pueden resultar muy dolorosos a los seres más próximos al autor.
Cuando, además, uno no es escritor –o al menos no lo es en puridad–, es tarea que refrena a la mayoría. Pero en Valnera hemos convencido a varios artistas para que se enfrenten al reto en nuestra colección de "Memorias con arte". El último que lo ha aceptado ha sido José María Pérez González, conocido popularmente como “Peridis”.
Este “cántabro de Aguilar de Campoo” ha elegido el método más sencillo para abordar sus recuerdos, refiriendo “a la pata la llana” –aunque por doquier el lector encontrará páginas de gran calidad literaria– aquellos acontecimientos, anécdotas, sucesos y casualidades que fueron marcando sus vocaciones, abriendo sus horizontes y guiando su devenir, y que explican lo que ha hecho y hace como dibujante, como arquitecto, como divulgador y como emprendedor social. Hombre de acción que cree firmemente que somos lo que hacemos, sus memorias retratan a la perfección al personaje poliédrico, al agitador sociocultural, al artista que ha triunfado en la vida… y a la persona que no reniega en absoluto de sus orígenes humildes ni de sus amigos de siempre. Amigos a los que hace un homenaje en el libro, consciente de que de sus logros personales han sido posibles por el apoyo incondicional que siempre le han prestado.

por JESÚS HERRÁN CEBALLOS
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Los libros de Acuerdos Municipales de Santander. 1766-1785. Edición a cargo de Rosa Mª Blasco Martínez. Estudios de Rosa Mª Blasco Martínez y Virginia Mª Cuñat Ciscar. Ayuntamiento de Santander, Santander, 2006.
La profesora Rosa Blasco vuelve por sus fueros y termina con este volumen la serie de Libros de Acuerdos que ha venido publicando el Ayuntamiento de Santander con indudable acierto. Se trata, seguramente, del trabajo editorial más serio, útil y prolongado que haya patrocinado el Ayuntamiento en la última década y todo ello con el único filón (que no es poco) de sus propios fondos documentales. Estando como están los archivos municipales en el conjunto de los 102 municipios de Cantabria (muchos en situación de patético abandono y/o desuso, incluso en una cómoda inexistencia), al menos el de Santander cuenta (1) con personal cualificado, (2) con una tradición investigadora sobre sus fondos y (3) con la atención que le ha prestado el Área de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Cantabria donde trabajan desde hace años las profesoras Blasco y Cuñat. Hasta ahora se había publicado el libro correspondiente al siglo XVII (que dio pie, por cierto, a un interesante estudio firmado por el Prof. Jesús Maíso González, autor de escasos pero jugosos textos) y el que abarca el periodo entre 1701 y 1765.
Este tercer libro llega hasta el año 1785 e incluye los regestos (resúmenes de los documentos) de un volumen de información mucho mayor que el de los trabajos anteriores. Evidentemente, el devenir de la ciudad y el desarrollo de múltiples y cada vez más complejas actividades provocan que haya más documentación. El libro incluye dos estudios iniciales, uno histórico y otro codicológico. Después de la parte de regesto, la más amplia, las autoras incluyen unos útiles índices que en un libro de estas características se hacen más necesarios que nunca. No está de más recordar de nuevo que sin documentos no existe discurso historiográfico ni por supuesto la reflexión fidedigna sobre el pasado. Esta serie de Acuerdos Municipales no solamente es útil al investigador o interesado en nuestro pasado, sino que es una pica en el Flandes de la preservación de nuestro patrimonio documental.

por MARIO CRESPO LÓPEZ
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Matilde CAMUS: Historia de la Iglesia Evangélica Española de Santander. Santander, Ayuntamiento de Santander, 2006.
Matilde Gómez Camus (Santander, 1922) ha sido una creadora muy prolífica, que ha aportado a la literatura de nuestra región obras poéticas de desigual calidad, entre ellas Voces (1969), Manantial de amor (1972), Perfiles (1980), He seguido tus huellas. Via crucis (1981), Raíz del recuerdo (1984), Santander en mi sentir (1989), Tierra de mi Cantabria (1991), Reflexiones a medianoche (1996) o Prisma de emociones (2000). Presidenta de la sección de Literatura del Ateneo de Santander durante varios años, Matilde Camus ha cultivado también la prosa, sobre todo en la variante del cuento infantil. Su más reciente obra de historia, La Iglesia Evangélica de España en Santander (2006), que ha visto la luz en delicadas circunstancias personales, supone otra aportación de su trabajo como investigadora del pasado local. No es que sus obras tengan una trascendencia capital, seguramente no lo pretenden, pero sí forman parte de ese conjunto de obras voluntariosas que aportan al curioso y al investigador interesantes datos de archivo y de las vivencias personales de la propia autora, además de un estimable material gráfico (en este caso, a pesar de la mala calidad de la fotografía de la cubierta). Este recorrido por la historia de la Iglesia Evangélica Española en Santander culmina una fructífera serie de investigaciones locales: Historia del lugar de Monte (1985), Efemérides del lugar de Monte (2 vols., 1989 y 1995), Historia del lugar de Cueto (1990), Efemérides del lugar de Peñacastillo (1992) y Mayorazgo de la casa Mantilla de Fontibre (Reinosa) (1999). En todas ellas predomina, desde luego, el interés por el dato y lo anecdótico, frente a las interpretaciones generales y contextuales de los procesos históricos. El libro viene a complementar otro que publicó la autora sobre un tema también muy concreto pero no exento de curiosidad, Prolegómenos del cementerio protestante de Santander y su evolución histórica (1993). Matilde Camus inicia su historia con una referencia al predicador George Borrow, comisionado por las Sociedades Bíblicas de Londres para hacer labores de proselitismo en España (con tal propósito visitó también Santander). Sigue con otros pioneros de la Iglesia Evangélica en Santander, como José Flores, el matrimonio Gulick o Enrique de Tienda, así como las vicisitudes de las diferentes sedes protestantes en la ciudad. Después de unas notas sobre la actual Iglesia Evangélica Española, se ofrece al lector la reproducción de los libros de registro de esta Iglesia en nuestra ciudad.

por MARIO CRESPO LÓPEZ

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