LA SINFONÍA DE SANTANDER

La Sinfonía de Santander: Sidón Ibera. Obras de Martínez Burgos, Montsalvatge y Dvorák. Concierto Conmemorativo 250 aniversario. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Coro Lírico de Cantabria. Alejandro Posada, director. Esteban Sanz Vélez, director del coro. Edita RTVE Música. 2006.


Pocas ciudades han tenido el privilegio de ser las destinatarias de una composición musical de carácter sinfónico. Mirando en la Historia de la Música nos encontramos creaciones que han apoyado su germen en algo tan distante a su esencia como puede ser una arquitectura: el celebérrimo motete de Dufay Nuper Rosarum Flores, en el que se encuentran las proporciones exactas de la catedral de Florencia, o la Gran Puerta de Kiev hecha acordes por Mussorgsky en los Cuadros para una exposición. También hubo autores que asumieron los títulos o subtítulos de sus obras a una ciudad determinada, más por casualidad –el haber sido escritas o estrenadas en determinada locación geográfica- que por esencia musical: las sinfonías Oxford y Londres de Haydn, la Praga o París de Mozart… Pero muy pocas piezas son las que han ensamblado características propias del locus al que se dedica el sonido con el concepto formal, armónico o tímbrico de la propia obra. Tal vez Vaughan Williams en A London Symphony recuerde al oyente ciertos aspectos de la ciudad de Londres –la sensación de bruma, el reloj del Big Ben al finalizar la pieza- o el cuadro sinfónico del también inglés William Walton en su Portsmouth Point Overture. Respighi, por su parte, hizo música las fuentes, los pinos y las fiestas de Roma en tres obras sinfónicas de marcado carácter descriptivo. La Sinfonía Leningrado de Shostakovich, en cambio, habló con su sonido más de la heroicidad de un pueblo que de la definición de la urbe en la que vivía.
Acercándonos más a nuestro objetivo, hay que recordar que Mily Balakirev celebró los 1000 años de la fundación de Rusia –permítanme la licencia de hablar de todo un país en lugar de una ciudad- con su relato sinfónico Rusia. Por su parte el polémico John Cage planteó su partitura A Dip in the Lake sobre el plano de la ciudad de Chicago. Santander se suma a esta lista de ciudades “con sinfonía” gracias al concurso de composición convocado con motivo del 250 aniversario de su fundación. Manuel Martínez Burgos fue el ganador de este premio con la obra Sidón Ibera, una ambiciosa propuesta que aúna gran orquesta y coro para celebrar y describir el nacimiento de una ciudad: la nuestra. Se trata de una obra narrada vigilando los parámetros musicales de la primera mitad del XX, con un punto expresionista, mucho de Orff y Stravinsky y la intención de ser popular y populosa gracias a armonías ricas pero estables. Dos mutaciones hacen que el nombre de la ciudad, letra del texto de los coros, vaya reformulándose hasta lograr el de “Santander” actual.
RTVE Música y el Ayuntamiento de Santander editaron recientemente un disco que recoge la grabación del concierto celebrado el 29 de junio de 2005, fecha en la que se estrenó la obra. La Orquesta Sinfónica de Castilla y León dirigida por Alejandro Posada –a falta de orquesta local hemos de acudir a otras- y el Coro Lírico de Cantabria –de esto sí que tenemos- fueron los protagonistas del concierto y, ahora, de este disco en el que también aparece la Sinfonía nº 8 de Dvorák y el Poema Concertante de Xavier Montsalvatge. Interesa el disco compacto con la pieza estrenada por ser el único vehículo en el que se podrá escuchar, al menos de momento y ojalá esto cambie, la obra dedicada a la ciudad. Recuerdo haber hablado con alguien implicado en esta grabación: se quejaba de “tanto esfuerzo para una única audición”. Tomaremos nota y seguiremos reclamando una formación musical que pueda hacer, con frecuencia, este y otros repertorios. ¿Qué les parece?

por GUSTAVO MORAL

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