DESPEDIDA DEL AMIGO Y SALUTACIÓN DE LA VIDA

Adiós a Esteban de la Foz y bienvenida a las nuevas generaciones del arte

por FERNANDO ZAMANILLO

Me produjo tanta curiosidad el nombre de esta nueva revista que, cuando Ana de La Robla me invitó a participar en ella, esa fue una de las razones principales que me animaron a aceptar su ofrecimiento. Una revista municipal de interés general (ya era hora de que existiera) y con un título que significa mayoría suficiente en los acuerdos y decisiones, es algo tan inusual, como digna de ser bien recibida. Por otro lado, y esto es testimonial, dando por supuesto que en ella se admite el derecho a la libre expresión de las ideas y opiniones, de las cuales la revista no tiene por qué hacerse responsable, enunciado que se suele colocar en alguna de las primeras páginas de casi todas las publicaciones periódicas, me animé a retomar una actividad crítica por mí hace mucho tiempo abandonada. Tal fue la segunda razón y, quizá, la más importante de las dos. Un tercer motivo sería el de contribuir a animar la vida cultural de nuestra ciudad, quizá demasiado correcta, quizá demasiado dominada por la cultura oficial regionalista, tan amiga de las onomásticas y de los vanos oropeles, eso sí, prometiendo desde este momento olvidarme de complejos de inferioridad, tan manoseados con el fin de justificar nuestra incompetencia y que se suelen sublimar en aquellos fastos y oropeles o simplemente esconderse en nimiedades. Como asimismo intentaré estar en guardia contra conceptos tan manidos como universal, local, capitalino, provinciano o regional, palabras, entre otras más, que son en muchas ocasiones sospechosas de ocultar una crítica más decidida o incluso radical, si así fuere necesario. Lo radical no es algo necesariamente violento o extremado, sino bien puede ser sinónimo de enérgico, por un lado, y también de lo que atiende a lo esencial y fundamental, por otro.
Con estas intenciones, pues, y diciendo que mi vida se desenvuelve en torno al arte contemporáneo desde hace casi cuatro décadas en muy diferentes puestos, públicos y privados, el último en el que ahora me encuentro, la dirección de la Galería Del Sol St., de Santander, me presento ante todos aquellos que no me conocen.
Al ser esta la primera vez, voy a dedicar mis siguientes palabras a despedirme del amigo que se fue para siempre y a saludar a una nueva generación de artistas y profesionales de las artes, así como de críticas/os e historiadoras/es de las mismas, sin dejar de lado alguna de las iniciativas más interesantes que se han ido sucediendo en la ciudad en los últimos meses. La vida se renueva y continúa, afortunadamente. Cunda el gran ejemplo del amigo que se fue, ejemplo de sensibilidad, intelectualidad y coherencia artística, en esa nueva generación joven que en el terreno de las artes visuales, de la historia y la crítica del arte, intenta abrirse camino con verdadera pasión y sabida preparación, para que de esta manera el arte se renueve con redoblada proyección de futuro.


El amigo que marchó para siempre no es otro que Esteban de la Foz. Imagino que para los más jóvenes, a no ser los directamente interesados en las cosas del arte e introducidos en su historia más inmediata, puesto que ha sido un artista que ha seguido trabajando hasta la “víspera” de su muerte, su nombre no les diga nada. Él se fue para siempre, pero nos ha dejado un magnífico legado pictórico que, para muchos seguidores, ha sido uno de los mejores de la segunda mitad del pasado siglo. Su obra más importante se enmarca casi perfectamente en esos cincuenta años en tres etapas bien definidas, teniendo su punto de inflexión más relevante en el año 1979, según mi particular punto de vista, que tuve ocasión de exponer en la exposición “El Puente de la Visión”, del año 2005, y a cuyo texto del catálogo me remito.
La nueva generación de historiadores/as y críticos/as del arte se viene presentando paulatinamente desde hace pocos años en tres foros diferenciados, cuya sola cita me disculpa de tener que hacer el esfuerzo de presentarles nominalmente a todos/as, cosa verdaderamente imposible aquí y ahora. Los foros son el Espacio C, de Camargo, cuya actividad afortunadamente se ha recuperado de nuevo; el Museo de Bellas Artes, de Santander, que desde hace unos cuatro años también viene desarrollando unas actividades paralelas, ciclos de conferencias y evocaciones literarias sobre el arte dignos de la mejor mención, y que sirven para dar a conocer a toda esa nueva generación del pensamiento estético renovado. Generación emergente que a su vez también se expresa en la prensa escrita diaria, revistas especializadas y catálogos de exposiciones, todo lo cual representaría el tercer foro, en bloque, antes aludido.
Finalmente, quiero felicitar y desear la mejor de las suertes de cara al futuro, a tres valientes artistas que para mí simbolizan de alguna manera esa nueva sangre que se incorpora a la vida del arte en nuestra ciudad, y que se reúnen y, al tiempo, atraen a nuevos valores a la más joven de las galerías de arte de Santander, Colar…te…Gallery. Vaya por vosotras, Laura, Zaida y Laura.

No hay comentarios: