Los Cines Groucho revisaron en junio los entresijos de la creación a través de la biografía fílmica de pintores emblemáticos, y en agosto la mesa la protagonizará un nuevo ciclo cinematográfico
por JOSÉ PINAR
Entre los días 22 y 28 de junio tuvo lugar el sexto ciclo temático que han abordado los Cines Groucho desde su inauguración, a finales del año 2004. Si antes habían sido la “Gastronomía” (en dos ocasiones), el “Cómic”, o el “Nuevo Cine Español” (en otras dos), en este mes de junio el tema abordado fue el de “La Pintura y el Cine”. La nueva propuesta se organizó según un esquema que se viene repitiendo desde el primer ciclo: profundización en un tema (en este caso, las relaciones entre el cine y el arte) a través de diez títulos que fueron rotando a lo largo de la semana, complementándose con conferencias y coloquio en torno a dicha actividad y albergándose en el vestíbulo de las salas, a veces también en la pequeña calle de entrada, una exposición para redondear la actividad, junto con el material de apoyo que se prepara especialmente para la ocasión.
El motivo de estas semanas o ciclos no es otro que captar la atención de un público que a veces no suele ser habitual en los estrenos de los Groucho, ofrecer nuevas alternativas a los asistentes a las salas santanderinas y, además, apoyar las actividades de sectores profesionales vinculados de alguna manera al mundo cultural, en este caso a las galerías de arte de Santander, a la Asociación de Galerías y al mundo del arte en general. También es una buena ocasión para que tanto el proyecto urbanístico que suponen los Cines Groucho -en tanto cines de centro urbano– como el programático –con su cuidada cartelera de cine “no hollywoodiense”– constituya un toque de atención para las instituciones. Así, la Consejeria de Cultura y la Consejeria de Juventud del Gobierno de Cantabria han mostrado su apoyo a varias de estas iniciativas.
En el caso del ciclo “La Pintura y el Cine”, ha sido sufragado íntegramente por las galerías privadas de arte Juan Silió, Siboney, Del Sol St., Santiago Casar, Nuble y por la Asociación de Galerías de Arte de Cantabria (AGA), que a su vez engloba a varias de ellas, (Cervantes, Carmen Carrión, Espí, El Cantil/Acuarela), además de por los propios organizadores, los Cines Groucho de Santander. El ciclo partió de la consideración de que el séptimo arte se ha valido de un arte hermano, la pintura, como fuente de apasionados argumentos. La dimensión dramática de atormentadas vidas de algunos grandes genios de la pintura se revela perfecta para un medio como el cinematográfico, en el que los personajes extremos resultan de lo más atractivo tanto para cineastas como para espectadores. Es evidente que el cine ha contribuido a la creación de uno de los mitos más estereotipados de nuestro tiempo: el del artista genial. Independiente, egoísta, bohemio, y muchas veces al borde de la locura, este arquetipo ha calado tan hondo en el inconsciente colectivo que nos cuesta imaginar que un artista contemporáneo no pueda llevar una vida austera y sencilla, ni padezca horribles traumas que le empujen hacia la autodestrucción.
por JOSÉ PINAR
Entre los días 22 y 28 de junio tuvo lugar el sexto ciclo temático que han abordado los Cines Groucho desde su inauguración, a finales del año 2004. Si antes habían sido la “Gastronomía” (en dos ocasiones), el “Cómic”, o el “Nuevo Cine Español” (en otras dos), en este mes de junio el tema abordado fue el de “La Pintura y el Cine”. La nueva propuesta se organizó según un esquema que se viene repitiendo desde el primer ciclo: profundización en un tema (en este caso, las relaciones entre el cine y el arte) a través de diez títulos que fueron rotando a lo largo de la semana, complementándose con conferencias y coloquio en torno a dicha actividad y albergándose en el vestíbulo de las salas, a veces también en la pequeña calle de entrada, una exposición para redondear la actividad, junto con el material de apoyo que se prepara especialmente para la ocasión.
El motivo de estas semanas o ciclos no es otro que captar la atención de un público que a veces no suele ser habitual en los estrenos de los Groucho, ofrecer nuevas alternativas a los asistentes a las salas santanderinas y, además, apoyar las actividades de sectores profesionales vinculados de alguna manera al mundo cultural, en este caso a las galerías de arte de Santander, a la Asociación de Galerías y al mundo del arte en general. También es una buena ocasión para que tanto el proyecto urbanístico que suponen los Cines Groucho -en tanto cines de centro urbano– como el programático –con su cuidada cartelera de cine “no hollywoodiense”– constituya un toque de atención para las instituciones. Así, la Consejeria de Cultura y la Consejeria de Juventud del Gobierno de Cantabria han mostrado su apoyo a varias de estas iniciativas.
En el caso del ciclo “La Pintura y el Cine”, ha sido sufragado íntegramente por las galerías privadas de arte Juan Silió, Siboney, Del Sol St., Santiago Casar, Nuble y por la Asociación de Galerías de Arte de Cantabria (AGA), que a su vez engloba a varias de ellas, (Cervantes, Carmen Carrión, Espí, El Cantil/Acuarela), además de por los propios organizadores, los Cines Groucho de Santander. El ciclo partió de la consideración de que el séptimo arte se ha valido de un arte hermano, la pintura, como fuente de apasionados argumentos. La dimensión dramática de atormentadas vidas de algunos grandes genios de la pintura se revela perfecta para un medio como el cinematográfico, en el que los personajes extremos resultan de lo más atractivo tanto para cineastas como para espectadores. Es evidente que el cine ha contribuido a la creación de uno de los mitos más estereotipados de nuestro tiempo: el del artista genial. Independiente, egoísta, bohemio, y muchas veces al borde de la locura, este arquetipo ha calado tan hondo en el inconsciente colectivo que nos cuesta imaginar que un artista contemporáneo no pueda llevar una vida austera y sencilla, ni padezca horribles traumas que le empujen hacia la autodestrucción.
Conforme a estas líneas de inspiración, se repasaron diez biografías de pintores, teniendo como referentes históricos a Vermeer y a Goya. Las vanguardias del siglo XIX y del pasado siglo XX se vieron representadas a través de Van Gogh, Modigliani, Klimt, Toulouse-Lautrec, Bacon y Picasso, completándose con el toque oriental del grabador Jang Seung-up y con el documento fílmico del canario Manolo Millares, que condujo prácticamente hasta la actualidad.
La proyección de las películas se complementó con dos charlas-coloquio. La primera de ellas estuvo protagonizada por la historiadora del arte Marta Mantecón, que con el título “Historias de genios, bohemios y atormentados: los pintores en el cine” repasó los orígenes de este subgénero cinematográfico y sus características más importantes, contextualizando a los pintores en la historia del arte y abordando cuánto hay de ficción y cuánto de realidad en dichas películas. El segundo ponente, el pintor santanderino Indalecio Sobrino, avezado amante del cine entre otras facetas artísticas, también revisó, bajo el título “Consideraciones generales sobre el cine y la pintura”, las relaciones entre ambas artes y sus influencias mutuas.
Por otro lado, será en el mes de agosto cuando las Salas Groucho celebrarán, con el patrocinio de la Asociación de Hostelería de Cantabria, la tercera edición del ciclo dedicado a la gastronomía: “El sabor del cine”, en concreto entre los días 17 y 26, en las sesiones diarias habituales de exhibición (17:30, 20:00 y 22:30). Las proyecciones cinematográficas se verán acompañadas por la degustación de un pincho en su calle de acceso antes y después de cada una de las películas, y habrá así mismo una pequeña exposición de recetas relativas a las películas de los tres ciclos celebrados y dos actividades culturales adicionales: una conferencia de Juan Miguel Gutiérrez, autor de películas, documentales y programas para televisión, que además publicó en la editorial Everest el libro Cocinar de cine; la segunda actividad programada será un coloquio en torno al servicio de sala en Hostelería y Restauración, organizado por la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria y moderado por Alfonso Fraile, Jefe de Sala del Hotel Escuela Las Carolinas, que contará además con varios personas participantes.
Si en la primera edición estuvieron presentes los productos cántabros del Bar Québec y en la segunda, la cocina de autor del restaurante El Limonar de Soano, en esta tercera edición serán tres restaurantes de la provincia gestionados por una misma familia de origen extremeño los que proporcionen el ágape complementario a la exhibición: La Castañalera en Totero (Santa Maria de Cayón), La Almazara y El Majuelo en Villanueva (Villaescusa) y el Café-Restaurante Parque Rosequillo en La Concha (Villaescusa). Además la librería santanderina Merienda en el tejado colaborará dotando un stand con bibliografía variada en torno a la gastronomía y al cine en general, como en anteriores ediciones.
La proyección de las películas se complementó con dos charlas-coloquio. La primera de ellas estuvo protagonizada por la historiadora del arte Marta Mantecón, que con el título “Historias de genios, bohemios y atormentados: los pintores en el cine” repasó los orígenes de este subgénero cinematográfico y sus características más importantes, contextualizando a los pintores en la historia del arte y abordando cuánto hay de ficción y cuánto de realidad en dichas películas. El segundo ponente, el pintor santanderino Indalecio Sobrino, avezado amante del cine entre otras facetas artísticas, también revisó, bajo el título “Consideraciones generales sobre el cine y la pintura”, las relaciones entre ambas artes y sus influencias mutuas.
Por otro lado, será en el mes de agosto cuando las Salas Groucho celebrarán, con el patrocinio de la Asociación de Hostelería de Cantabria, la tercera edición del ciclo dedicado a la gastronomía: “El sabor del cine”, en concreto entre los días 17 y 26, en las sesiones diarias habituales de exhibición (17:30, 20:00 y 22:30). Las proyecciones cinematográficas se verán acompañadas por la degustación de un pincho en su calle de acceso antes y después de cada una de las películas, y habrá así mismo una pequeña exposición de recetas relativas a las películas de los tres ciclos celebrados y dos actividades culturales adicionales: una conferencia de Juan Miguel Gutiérrez, autor de películas, documentales y programas para televisión, que además publicó en la editorial Everest el libro Cocinar de cine; la segunda actividad programada será un coloquio en torno al servicio de sala en Hostelería y Restauración, organizado por la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria y moderado por Alfonso Fraile, Jefe de Sala del Hotel Escuela Las Carolinas, que contará además con varios personas participantes.
Si en la primera edición estuvieron presentes los productos cántabros del Bar Québec y en la segunda, la cocina de autor del restaurante El Limonar de Soano, en esta tercera edición serán tres restaurantes de la provincia gestionados por una misma familia de origen extremeño los que proporcionen el ágape complementario a la exhibición: La Castañalera en Totero (Santa Maria de Cayón), La Almazara y El Majuelo en Villanueva (Villaescusa) y el Café-Restaurante Parque Rosequillo en La Concha (Villaescusa). Además la librería santanderina Merienda en el tejado colaborará dotando un stand con bibliografía variada en torno a la gastronomía y al cine en general, como en anteriores ediciones.
Desde que el 28 de diciembre de 1895 (fecha oficial del nacimiento del cine), los hermanos Lumiére proyectaran las primeras escenas de su hijo comiendo ante las cámaras e invitando al espectador a compartir su plato, el cine y la gastronomía iniciaron una estrecha relación destinada a perdurar eternamente. “Emociones familiares; retratos corales, secretos y sombras desveladas entre bocado y bocado; metáforas existenciales; ceremonias y banquetes; cocinas donde habitan miedos y sentimientos ocultos; historias de amor y gastronomía; recetas de vida y de muerte; convenciones y rupturas; descubrimientos y confesiones en torno a una mesa...”, en palabras de Guillermo Balbona, serán los auténticos protagonistas de este ciclo, que constará de las siguientes películas (en alternancia a lo largo de los diez días del ciclo): Comer beber amar de Ang Lee (Taiwán, 1994), Fresa y chocolate de Tomás Gutierrez Aldea (Cuba, 1993), Como agua para chocolate de Alfonso Arau (México, 1992), El discreto encanto de la burguesía de Luis Buñuel (Francia, 1972), La cena de Ettore Scola (Italia, 1998), Herencia de Paula Hernández (Argentina, 2001), La boda del monzón de Mira Nair (India, 2001), Gosford Park de Robert Altman (EE.UU., 2001), La fortuna de vivir de Jean Becker (Francia, 1999), La pesadilla de Darwin de Hubert Sauper (Francia, 2004) y El banquete de bodas de Ang Lee (Taiwán, 1993).
La reflexión que sobre estos ciclos realizamos desde estas páginas constituye una abierta invitación para todos los espectadores de Santander y para los visitantes de nuestra ciudad a profundizar en estas temáticas concretas, pero también el deseo de que las instituciones –Gobierno, Ayuntamiento– se involucren en la promoción de estas actividades que enriquecen la dimensión humanística de la ciudad y sus habitantes.
La reflexión que sobre estos ciclos realizamos desde estas páginas constituye una abierta invitación para todos los espectadores de Santander y para los visitantes de nuestra ciudad a profundizar en estas temáticas concretas, pero también el deseo de que las instituciones –Gobierno, Ayuntamiento– se involucren en la promoción de estas actividades que enriquecen la dimensión humanística de la ciudad y sus habitantes.
2 comentarios:
En pintura y cine no hay nada, para mi gusto, como Erice. Y no tanto con El sol del membrillo, aunque uno de sus temas principales sea la pintura, sino con ese museo virtual de hermosuras que es El sur. Enhorabuena por el artículo y por la revista.
De Erice para mí es insuperable El Espíritu de la Colmena. Pura poesía. Y aquella niña...
Un beso agradecido.
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