EL PASAJERO DEL SUEÑO (Poemas del libro inédito del mismo título)

ÁNGEL SOPEÑA
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Santander, 1952. Obra poética: Elegías y fragmentos (1981), Travesía del aire (1988), Casi todo es prosa (1994), Papeles privados (2000), Lenta estrella (2003).












PAISAJE

Cae la estrella en la ciénaga del aire,
vuelve a lo oscuro sin gemido.
Y no hay un dios que deje su juego por ella
o haga un hueco en su memoria de cristal delgado.
Y qué quedó de la llama que guiaba a los metales,
de la música que movía a los planetas.
Y viajo a un infinito que crece todavía
y soy como un junco que se dobla,
como la nave blanda que va.

CUERPO DE CRISTAL

Duerme: que todo el tiempo que durmieres
serás igual al que envidias.
El Licenciado Vidriera

Siento que mi cuerpo es de cristal
y temo quebrarme.
Tengo respuesta para todos pero no para mí.
Sé que me curará un soldado manco que habita en un burdel;
yo sólo soy la voz de un libro.
Tengo una llama dentro que parece una estrella,
una luz inmaculada que no muere a los ojos del hombre.
También soy el que cae desde la altura
y se rompe en vidrio,
en láminas de colores,
en mentiroso diamante.
Soy el que escribe el poema,
el que vuelve a la música
para no caer en la soledad azul del perturbado,
en la sangre que se rompe en gotas de blando rubí y suelo doloroso,
en la hiel que hierve pura en la noche.

HUYE EL BLANCO

A Francisco Portugal

Mis manos tienen ya el color de las tuyas,
y me avergonzaría llevar el corazón tan blanco.

¿A dónde fue el blanco
que se hizo agua fía entre tus manos?
¿Qué fue del tiempo,
del cabo del río
que pintaba el aire azul?
Fueron los días
como un meandro lento:
la hierba que subía
desde el fondo del agua
y hablaba de ti
con sílabas verdes.
Y vino blanda la nave,
nao,
canoa arbórea;
la madera comida del molusco,
el ahogado con toda la carga de óxido
de la coraza vieja.
Y la música última,
la tiorba que casi no se oye.
El vacío que vive todavía en tus ojos,
lo mudo en ti.

EPÍSTOLA

Y la vida una niebla que llega y se desvanece,
como el hielo,
gota a gota,
en la muerte pura del agua.
Como la brisa que dibuja
el aroma del mar.
La vida que vive en el viento,
el cuerpo sin carne que habla al manso
con un idioma que no se oye y no pesa,
con una voz más ligera que el alma.

DELTA DEL DANUBIO

Encontrar un hexámetro que no parezca hexámetro
y estofar palabras pequeñas
para que simulen imágenes brillantes
como piedras engastadas en el frío metal
que aprecia la mujer que amas.
Ten compasión de Ovidio
y escucha el rumor de su voz que canta más allá del mar.
Aquel romano que temblaba
cuando venía la caballería hostil,
el poeta que descubrió lo oculto:
por ello estuvo al borde de la muerte.
Un dios le arrojó del mundo para salvarlo.
Abandonado, escribió en Constanza
poemas melancólicos
junto al mar tenebroso que cercaba la aldea;
cartas modernas
dirigidas a un coetáneo que no cesa de nacer.
Allí llegué a la negra ribera
a unir mi alma
a la oculta ceniza de la suya,
cerca del cielo silencioso
que limita el Danubio.

CABOTAJE

Qué lento el mar;
viaja el planeta como un buque
que se deja a las corrientes
y va de cabo a cabo,
deteniéndose en las playas,
en las bahías rocosas.
Usa la velocidad
de la madera,
el modo antiguo del periplo.
Y arde la estrella,
navega encendida
a su última noche,
al mundo sin cuerpo,
al negro aljibe del silencio.

RETINA CROMÁTICA

Aguda voz de la flor que se abre
pétalo a pétalo;
la forma que no acaba de la rosa;
la llama del que murió bajo tantos párpados.
Arde la copia de la luz,
en la noche,
en el pavor del sueño.
Y funde hilos de retina,
relámpagos de sombra.
Dibuja el hielo amargo,
la noche que brilla como una estrella
y doma el mar, lava la muerte.

IMAGEN DE LO OSCURO

A Tony Limeres

Creían los indígenas
que las cámaras capturaban su alma y
tenían miedo al vacío
y no posaban,
no querían entregar su espíritu al extraño.
También yo siento un hueco en mí
y no lo llena el aire
ni el agua blanca de la estrella.
Ha velado la foto el color de mis ojos,
aquella vida blanda de la infancia,
el alma que a todos escondía.
Ahora, una máquina dibuja en lo oscuro un retrato y
cambia el color del aire,
se abre la puerta
sepia de los sueños,
soy otro,
soy yo.

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